martes, 14 de diciembre de 2010

La seducción como etapa en la vida.

Mi vida en los últimos cinco años se ha visto envuelta en sucesivas evoluciones; una por cada año, concretamente. Cada evolución ha sido distinta, con multitud de matices y circunstancias distintas, cada una de ellas me ha hecho ver la vida de otra forma, pero todas tenían una raíz, un punto de partida: eran necesarias.

La naturaleza es cíclica, todo está siempre en continuo cambio. Desde algo tan minúsculo como una célula, hasta algo tan magno como el sol. Todos estamos destinados al cambio, queramos o no; todos, tarde o temprano, moriremos, al igual que un día nacimos. Morir en sí es el acto supremo de cambio en todo lo que existe. Todo evoluciona, cambia, se transforma, excepto una cosa: la esencia.

La esencia es inmutable. Estuvo, está y estará, y siempre es la misma. La esencia de nosotros es nuestra consciencia, nuestro ser interior, y nuestro ser interior forma parte de la consciencia universal, que es todo lo que nos rodea. A mí me cuesta pensar que el azar existe cuando, en un viaje de autobús, me detengo a observar detenidamente la naturaleza. Esos árboles tan majestuosos, llenos de vida, danzando al son del viento en un baile que parece hecho a propósito. Cada arbusto, cada piedra, cada montaña, cada animal, cada insecto... todo es perfecto en sí; así pues, ¿existe realmente el azar? ¿todo lo que observamos es así porque sí, sin más? Cada uno puede pensar lo que quiera en este asunto, pero todos estaremos de acuerdo en una cosa: el cambio lo es TODO. Sin cambio, no hay vida. Si algo se estanca, muere.

Cuando hablo de que todo cambia salvo la esencia, me refiero a que la a esencia no le hace falta cambiar; ya tiene todo lo que necesita, no hay que añadirle nada más. Imagínate un diamante lleno de mierda. A simple vista, ¿qué te parece? un objeto, un algo, lleno de mierda. Sin embargo cuando lo limpias, sólo si te atreves a hacerlo, descubres que es un diamante. En nosotros pasa igual. Tu ser interior está completo, es perfecto tal cual es, pero está envuelto en una amalgama de basura social, familiar y cultural que hacen que no se vea lo que realmente es. Pero está ahí, oculto. Y la misión en nuestra vida es ir quitando esa basura, poco a poco.

Hablaba al principio de la evolución de mi vida y he terminado hablando de diamantes envueltos en mierda; no te preocupes, todo está muy relacionado. Ahora lo verás.

Una evolución en la vida de una persona no deja de ser una pequeña superación personal. La evolución puede ser variada, desde un cambio físico, pasando por uno de trabajo, espiritual, psicológico, familiar, etc. Sea cual sea la evolución, todo está sujeto a una base, y esa base es el crecimiento. Una evolución, de cualquier tipo, siempre aportará algo que haga que esa cosa evolucionada sea más completa. Un tipo obeso va al gimnasio junto con una dieta estricta y de pesar 120kg pasa a 80kg, con todo lo que ello implica. El tipo de 120kg a evolucionado en uno de 80kg, y ese tipo de 80kg es más completo que el anterior, pues el incremento de autoestima, amor propio y quizá un hábito saludable para toda la vida como es el deporte, hará mella en él positivamente. Digamos que es alguien más realizado. Digamos que se ha quitado una capa de mierda y está más cerca del diamante (y unas cuantas de grasa).

Muy bien. Hablo de evoluciones y he puesto un ejemplo sencillo de evolución personal. Ahora voy a poner uno que es del que realmente quiero hablar: la seducción.

La seducción ha aportado muchas cosas a nuestra vida, negarlo sería una infamia. En mayor o menor grado, la seducción ha tocado en todos los aspectos de nuestra persona y los ha hecho crecer, como digo, en mayor o menor grado. Todos sabrán qué cosas les habrá aportado. Vale, ¿y ahora qué? ¿te ves dentro de 20 años haciendo la rutina de anillos de Style o yendo tras las chicas a lo seductor? Yo, al menos, no.
La seducción ha de tener un inicio y un final en nuestra vida, porque es limitada. Volviendo al ejemplo del diamante, la seducción no es el limpiador definitivo de mierda. Es efectivo, pero no es ni el único ni el mejor, y esta clase de mierda sólo se quita con diferentes limpiadores.

Podría rebatirme a mí mismo esta idea (y sé que alguno lo hará) pensando en la seducción como un hobby en nuestra vida, como un % más en ella, como algo "más" y no lo único. Bien. Pero esta es la teoría, ¿verdad? Y la teoría es muy bonita. Porque cuando se está en un grupo hablando, se piensa en cómo captar más la atención y hacer que todos nos presten sus oídos, quedándose maravillados con nuestro aporte. Porque cuando conoces a una chica, tu mentalidad seductora abarca todo tu pensamiento y por inercia ya ves a esa chica como algo relacionado con la seducción. Porque cuando se trata de decidir a dónde ir, tú directamente saltas, porque un macho alfa debe actuar así. Y podría seguir... y todos lo sabéis. La seducción abarca más aspectos de nuestra vida de los que creemos, y aunque es cierto que en algunos nos hace crecer, en otros nos perjudica de forma muy considerable.

La seducción en sí misma, para mí, ha sido sólo una etapa más. Un nombre para definir una actitud, y una actitud que, a la larga y si no sabes cuándo parar, te esclaviza. ¿Cómo te esclaviza? Pues contesto con otra pregunta, ¿podrías querer a alguien más que a ti mismo? Según la seducción tradicional, "tú eres la persona más importante en la relación", "tú siempre llevas las riendas de la relación", "tú pensamiento es el que prevalece, no importa lo que te digan", etc... con esta clase de pensamiento, ¿crees realmente que podrás querer a alguien más que a ti mismo? Algunos os estaréis preguntando cómo vas a querer a alguien más que a ti mismo, y yo os pregunto que si no es acaso eso el amor de verdad.

Todos estos pensamientos seductivos están bien al principio, cuando eras un negado en las relaciones con las chicas y tenías que desarollar carácter, autoestima, amor propio y decisión, pero cuando pasa el tiempo y ya has absorbido todo lo bueno de la seducción, lo único que ésta sigue haciendo es seguir reforzando ese escudo que la mayoría de personas llevamos por inercia, ese escudo que tenemos para que no nos hagan daño, esa fachada, y la seducción sólo se convierte en un complemento más de ese escudo.

La mayoría de personas tenemos un escudo, ¿verdad? No nos mostramos como realmente somos, ni decimos lo que realmente pensamos, ni hacemos lo que realmente queremos hacer. Eso pasa, es un hecho. Pues la seducción, en realidad no deja de ser también eso. Ayuda al principio, y ayuda mucho, pero si te estancas en ella y no quieres pasar de página, se termina haciendo tu "zona de confort" en materia de crecimiento personal. Se termina convirtiendo en tu único limpiador. Y tú y yo sabemos que la seducción no va a quitarle toda la mierda a tu diamante.

Pongamos que te has dado cuenta de todo esto y quieres pasar página, ¿cómo lo haces? La mala noticia es que no tengo ni jodida idea, la buena es que tarde o temprano llegará y sólo tú sabrás cómo. Y esto es así porque cada uno sufrimos evoluciones constantes en nuestra vida. Estamos aquí reunidos en los foros y en las webs porque todos tenemos algo en común que es la seducción, todos nos hemos visto envueltos en este gran cambio en nuestra vida. Pero a partir de aquí, cada uno tendrá una evolución diferente en base a su persona. La seducción ahora nos reúne, pero mañana, cada uno descubrirá algo nuevo que lo hará avanzar por otros caminos.

Dije al principio que las evoluciones tienen una raíz fundamental: son necesarias. Acuérdate también de lo que he dicho antes: "la misión de nuestra vida es limpiar el diamante que tenemos dentro". ¿Lo relacionas? Cada evolución que tengas, de cualquier tipo, significa un paso más hacia la realización como personas; significa un paso más cerca de ese diamante interior. Las evoluciones son necesarias, ¡pero son duras! ¿Te acuerdas de lo que costó al principio esto de la seducción? ¿Difícil, eh? Y mírate ahora dónde estás, ¡lo superaste! Pero todo lo que te ha proporcionado la seducción ya lo tienes para ti, ya son tus nuevas herramientas para enfrentarte a la vida, para llegar a ese diamante. Unas herramientas te valdrán para siempre (autoestima, amor propio, confianza, etc) y otras no (auto-adoración (made in Henky), muchas características del "macho alfa", pensar en modo "seductor" etc).

Eres cambio, eres evolución. Esas evoluciones y la forma en la que te vengan no dependen de ti, sino de las circunstancias, que en mi opinión están regidas por algo fuera de nuestro conocimiento. Pero lo que sí puedes controlar, lo que sí depende de ti, es cómo afrontes esas evoluciones, tu capacidad para superarlas y tu habilidad parar absorber de ellas todo lo positivo y rechazar lo negativo.

Y para terminar, una pequeña historia que quizá os de una pista sobre todo lo que he dicho:

"Al final de sus días, Horacio llamó a su único nieto al lecho de muerte. A éste, un chico de 14 años lleno de energía, no le gustaban los mítines de su rígido abuelo, pero esta vez acudió con mucho respeto a su lado, pues sabía que esas podían ser las últimas palabras a él dedicadas. Cual no fue su sorpresa cuando el anciano le dijo:

-Comienza cuanto antes a abrirte a lo desconocido, porque en ello hallarás enriquecedoras experiencias, te equivoques o aciertes, mientras que en lo conocido sólo encontrarás un cómodo hastío. Querido hijito, no esperes a ser demasiado viejo para darte cuenta de que es más arriesgado permanecer en los caminos marcados, que aventurarte en los nuevos senderos que la vida pone a tu paso. Mi última voluntad es que seas tan libre para actuar, como yo fui esclavo del miedo."

No hay comentarios:

Publicar un comentario