jueves, 28 de julio de 2011

Hacia rutas salvajes (2007)






"La felicidad sólo es real cuando se comparte.

miércoles, 27 de julio de 2011

El sueño del hombre despierto

Decía Aristóteles que la esperanza es el sueño del hombre despierto. Ciertamente,hoy la humanidad también sigue anhelando de ese despertar para dar respuesta a los muchos entresijos que se nos presentan a diario. Interrogarse e interrogarnos va explicito en la propia existencia. El ser humano no puede vivir en el vacio, porque genera además un desencanto permanente, es preciso activar una verdadera formación ética, que nos lleve a descubrir los valores de lo auténtico, desvalorados y perdidos en el baúl de los recuerdos, para ser capaces de hacer justicia con la verdad de frente. Desde luego, se demandan nuevos entusiasmos, que es tanto como decir nuevas esperanzas, en un planeta caracterizado por una banalidad que todo lo funde y lo confunde, hasta el punto que cada día nos penetra una sensación de dolor grande, por tener que vivir en una sociedad globalizada en la que no se permite a la gente pensar, ni mucho menos poder decir lo que uno piensa.
A pesar de tantas adversidades, el rayo de la ilusión siempre nos injerta ánimo. Es como si fuese ley de vida. Por ello, el mundo debería fabricar lugares de esperanza, donde uno pudiera manifestarse libremente, bajo el estimulante vital de la transparencia estética, que es lo que da razón de expectativa fiable. Sin duda, lo estético es lo que aporta sustancia a la esperanza. El progreso de las culturas ha de ser sobre todo un progreso de libertar y raciocinio, de obrar bien y para el bien, jamás de tergiversación de la realidad. Al hombre despierto le repele lo políticamente correcto y lo que le afana es salvaguardar el derecho natural a la verdad como requerimiento del instinto propio de la inteligencia. Al hombre despierto le repele ser una mercancia sin corazón, porque es algo más que un recurso del materialismo y de los sistemas de producción. Al hombre despierto, al fin, le repele todo aquello que no genere bienestar moral al mundo, sabdor de que la rectitud se halla en el orden y la equidad.
Al soplo de ese bienestar ilusionado, el árbol de la esperanza es como un manantial de aromas que a todos debe enriquecernos. En consecuencia, nunca será tarde para buscar un mundo más humano si en el empeño ponemos coraje y esperanza. Cuando las naciones se unen para dar esperanza y sustento es la mejor señal de un futuro mejor. Asimismo, cuando las personas se unen (por amor) siempre se gana esperanza de vida, esperanza por encontrar protección, por librarse de la pobreza.

Víctor Corcoba Herrero

viernes, 15 de julio de 2011

Algo más que acrobacias

miércoles, 13 de julio de 2011

Mi heroísmo consistió en no dejarme morir




Nunca creí que un hombre se convirtiera en héroe por estar diez días en una balsa, soportando el hambre y la sed. Yo no podía hacer otra cosa. Si la balsa hubiera sido una balsa dotada con agua, galletas empacadas a presión, brújula e instrumentos de pesca, seguramente estaría tan vivo como lo estoy ahora. Pero habría una diferencia: no habría sido tratado como un héroe. De manera que el heroísmo, en mi caso,consiste exclusivamente en no haberme dejado morir de hambre y de sed durante diez días.
Yo no hice ningún esfuerzo por ser héroe. Todos mis esfuerzos fueron por salvarme. Pero como la salvación vino envuelta en una aureola, premiada con el título de héroe como un bombón con sorpresa, no me queda otro recurso que soportar la salvación, como había venido, con heroísmo y todo.
Se me pregunta cómo se siente un héroe. Nunca sé qué responder. Por mi parte, yo me siento lo mismo que antes. No he cambiado ni por dentro ni por fuera. Las quemaduras del sol han dejado de dolerme. La herida de la rodilla se ha cicatrizado. Soy otra vez Luis Alejandro Velasco. Y con eso me basta.